Mudanza

En septiembre de 2010 escribí “Etapas” donde reflexioné sobre los cambios de etapas en nuestra vida. ¿Pero qué es lo que pasa entre ambas etapas? ¿Qué sucede en nosotros entre una y otra? Hagamos un símil entre lo que pasa entre etapa y etapa y una mudanza.
De repente decidimos cambiar de casa, las razones pueden ser muchas (no nos sentimos bien viviendo lo que vivimos, nos vemos forzados a cambiar de vida porque nos toca crecer o, incluso, cambiamos de etapa porque es el medio para llegar a algo que deseamos). Sea cual sea el motivo lo que importa es el fin.
 
Cuando llegamos a la nueva casa sentimos un vacío profundo, nada es como era antes. Es el momento de la nostalgia, días en los que los recuerdos invaden nuestra mente y nuestro corazón. Tanto, que a veces, perder eso que teníamos duele. 
A posteriori, nos encontramos en el momento de la reflexión. En ese momento toca pensar sobre lo que queremos conservar y lo que queremos tirar de todo lo que nos traemos de nuestra anterior casa. Habrá cosas que conservaremos como los amigos, nuestra familia y quizás nuestros hobbies. Y otras que desearemos olvidar, como los malos recuerdos, cosas que no quisimos decir o hacer.
Luego, llega el momento del entusiasmo. Es cuando decidimos pasar página de verdad y nos disponemos a amueblar toda la casa. El problema viene cuando la nueva casa ya viene con algunos muebles. Es el momento de quitar todo lo que venía de antes. Quitamos la tristeza, las malas ganas, el desánimo, y si fuera el caso, el desamor. Y amueblamos toda la casa con alegría, diversión y simpatía, sin olvidarnos de dejar un hueco para un nuevo amor, porque nunca sabremos cuando llegará.
Por último, llega el momento de la felicidad. Aquí es cuando nos sentimos satisfechos con el cambio, nos damos cuenta que cualquier cambio es a mejor. Estamos super ilusionados con la nueva casa y nos encontramos con muchas energías de ir completándola con pequeños detalles como el cine, deporte, o cualquiera pequeña cosa que nos haga más felices aún.
Y es ahí, en ese momento, cuando sólo queda DISFRUTAR de la nueva casa. O espera… DISFRUTAR DE LA NUEVA VIDA!

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